Azahar procede del árabe cásico Az-zahr y significa “flores”. Popularmente se asocia a la flor del naranjo, pero también corresponde al limonero y citro.
El azahar adquiere un valor exquisito en lo que un tiempo fue Al Andalus y por aquel entonces invocar al azahar era invocar la belleza de la naturaleza. Tradicionalmente, se le otorgaba un sentido muy simbólico ya que estas flores, ceñidas a la cabeza de la novia, manifestaban la separación con respecto al exceso de las pasiones terrenas.
El azahar se aprecia por su belleza, aroma y propiedades terapéuticas.
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